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Faltaron las ventas de cruces en Mejicanos

“Mi mami me traía a vender desde que tenía cinco años”, afirmó muy orgullosa a primeras horas de la mañana. Tras la jornada, que se da cada tres de mayo, los hogares de raíces católicas se llenan de color y olor a frutas de la estación. La tradición dice que el altar de frutas y la cruz no dejan que “llegue a bailar el diablo”.

González, quien tiene 40 años, explicó que en su familia siempre se ha vendido productos relacionados a la fiesta: “Mi madre tiene 85 años y ella es la que elabora todos los adornos con papel de china. Ella aprendió como a los 14 años”. 

Este 3 de mayo, sin embargo, algo era distinto: faltaban las filas de vendedoras que normalmente ofrecen cruces de palo de jiote y pirámides de jocotes verdes, mangos y paternas.  

“El año pasado vinieron y hubo más afluencia de vendedores”, dijo González mientras despechaba a algunos clientes. En su caso ofreció cortinas de papel a $0.50 cada una y otros adornos tipo piñitas a tres por un $1.00. 

En general, los adornos se podían encontrar en precios de entre los $0.25, $0.50 y el $1.00, mientras las cruces de palo costaron entre $2.50 y $5.00. Los gajitos de coyoles a $1.00, igual los mamones. 

En este panorama muchos residentes tuvieron dificultad para encontrar cruces de palo de jiote, unos pocos compradores tuvieron suerte de que en a las orillas del mercado municipal había unas cuatro comerciantes vendiendo algunas. Hubo quienes se trasladaron a otros mercados del centro de San Salvador, como el Central, en busca de las cruces. 

Parece que, este año, no todas las casas habrán logrado tener su cruz y un más de alguna visita no deseada que llego de noche a bailar. 

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