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El Covid-19 tiene en “coma” al diario Co-Latino

Por: Daniel Choto

La difícil situación económica por la que ha pasado en las últimas décadas el Diario Co-Latino se agudizó con la pandemia del Covid-19… agoniza en la unidad de cuidados intensivos.

Su director, Francisco Elías Valencia, afirmó que el presidente Nayib Bukele les cortó la poca pauta publicitaria que tenían del gobierno anterior. Pero luego de algunas pláticas, este año el Gobierno comenzó a anunciarse de nuevo, pero con la pandemia todo se estancó.

“Así estaban ya las cosas, digamos caminando, cuando viene el tema de la pandemia y con la cuarentena nos viene a impactar muchísimo”, dijo Valencia con preocupación.

También explicó que a principios de este año, cuando las instituciones públicas no les daban anuncios, captaron algunos ingresos por medio de la publicación de edictos, con los que habían logrado pagar salarios y comprar alguna materia prima.
“Sin embargo con la pandemia eso se nos vino a cero y como ya no percibimos más publicidad del gobierno eso nos obligó tomar la medida de no salir con la edición impresa del 2 al 17 de mayo”, agregó.

La crisis es tal que los pocos recursos que perciben, conforme van pagando los anunciantes, no les alcanza ni para pagar salarios, mucho menos para comprar materia prima como papel, planchas, película, tinta y otros materiales.

Es más, dijo que solo a dos tercios de los 74 empleados se les ha pagado la primera quincena de marzo, y ya se les montó abril, así que la situación es sumamente difícil.

La esperanza que Valencia tiene es que en los días que no están saliendo con la versión impresa, se logren recoger algunos ingresos para comprar materia prima y volver a imprimir a partir del 18 de mayo, pero que ello depende de que los anunciantes tanto del gobierno como las empresas paguen sus compromisos.

La crisis no para ahí

Debido a la histórica falta de apoyo publicitario -público y privado- han acumulado deudas, casi impagables, con la seguridad social y debido a esto solo les quedan dos caminos.

La primera es renunciar definitivamente a la versión impresa y quedarse solo con la digital, pero para ello hay que indemnizar por lo menos al 66 % de los trabajadores y no tienen de dónde echar mano, afirmó Valencia.

La segunda opción es vender el único activo que tienen, que es el terreno de más de 1 mil metros cuadrados, valorado en $600,000, pero que tampoco es la solución total, ya que no les alcanzaría para cubrir todo el pasivo laboral.

“Si algunos trabajadores llegaran a quejarse ante el Ministerio de Trabajo o un tribunal de lo laboral, no sé si nos permitirían seguir laborando en la versión de internet mientras no paguemos las indemnizaciones del resto de trabajadores”, externó.

Así que para no cerrar definitivamente al “decano” del periodismo salvadoreño, Valencia hizo un llamado a quienes les adeudan a ponerse al día y a las empresas, gobierno y otras entidades públicas a continuar apoyándolos con pauta publicitaria.

Por su parte Patricia Meza Rivas, coordinadora de prensa, respaldó lo dicho por el director en el sentido de que con la cuarentena domiciliar obligatoria impuesta por el gobierno del presidente Nayib Bukele se congelaron los pagos de los anunciantes.

“Antes que se decretara la cuarentena, el gobierno y otras instituciones públicas ya nos estaban dando anuncios, pero viene la cuarentena y nos para todo esto; se publicaron algunos anuncios, pero no se han cancelado aún, entonces no se puede seguir sacando el impreso porque no hay papel”, dijo.

La periodista explicó que ante la falta de efectivo, no hubo otra salida que tomar esa decisión, con la esperanza que el 16 de mayo, cuando termine el confinamiento, hayan cancelado algunos anunciantes para comprar papel y otros materiales que les permita salir con la edición impresa a partir del 18.

“Incluso nuestros salarios nos los han atrasado, pero seguimos trabajando para sacar la edición en PDF y alimentar el periódico electrónico, con la esperanza de que según vayan pagando los anunciantes nos cancelen las quincenas atrasadas”, agregó.
Meza Rivas abriga la esperanza que si pagan los anuncios ya publicados, “entonces se podrían cancelar normal los salarios y empezar a respirar, a invertir en el papel y otras cosas”.

La historia detrás del “decano del periodismo”

Co-Latino fue fundado por el periodista y empresario Miguel Pinto el 5 de noviembre de 1890, como Siglo XX; luego se llamó El Latinoamericano y a partir de 1907 Diario Latino, pero tras declararse en quiebra, en junio de 1989, los trabajadores se organizaron en una cooperativa y asumieron la administración y le cambiaron el nombre a Co-Latino.

En la parte editorial, el periódico siguió el pensamiento de su fundador, apegado al periodismo independiente en favor de las grandes mayorías de la población.

El periódico se alineó a la ideología de izquierda durante el pasado conflicto armado, al grado que el 8 de febrero de 1981 una bomba colocada por grupos de derecha destruyó sus instalaciones, se siguió produciendo en la imprenta de la Universidad de El Salvador por unos dos meses, hasta que fueron reparadas las instalaciones.

Pero los gobiernos, incluyendo los del FMLN, le dieron poca o ninguna publicidad, lo mismo que la empresa privada; por lo que ha venido subsistiendo de campos pagados y la publicación de edictos.

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